Buscar
Cerrar este cuadro de búsqueda.

La captura del doble convoy inglés: El mayor desastre logístico de la historia naval de Inglaterra

captura-doble-convoy-inglés-batalla 2.jpg

La batalla de la captura del doble convoy inglés de nuevo desmonta los mitos de los historiadores anglosajones donde muestras a los piratas y a la marina inglesas como dueños absolutos de los mares y a la Real Armada Española como una banda de botarates a su merced.Hoy vamos a descubrir como la Royal Navy no era tan invencible y como los mayores desastres navales ingleses han sido continuamente ocultados por los historiadores anglosajones hegemónicos en el mundo.

La captura del doble convoy inglés de 1780 o Batalla del Cabo de Santa María (1780)
 
La captura del doble convoy inglés de 1780 o Batalla del Cabo de Santa María (1780) se produjo en el marco de la Guerra de Independencia de los Estados Unidos, cuando partiendo de la información proporcionada por los servicios de inteligencia españoles, una flota combinada hispano-francesa al mando de  Luis de Córdova, consiguió apresar sin apenas resistencia y cuando aún no se habían separado a dos convoyes ingleses, uno con destino a la India y otro con destino a América, que cargados de tropas, pertrechos y armas se dirigían a prestar apoyo a las guerras coloniales inglesas en ultramar.
 
Antecedentes de la captura del doble convoy inglés de 1780 o Batalla del Cabo de Santa María (1780)
 
En el verano de 1779 una de estas flotas combinadas bajo mando del almirante francés Luis Guillouet, conde de Orvilliers, y del español don Luis de Córdova, sembró el pánico en las costas británicas tras poner en fuga la escuadra inglesa del Canal de la Mancha y apresar el navío HMS Ardent, dejando el terreno libre para la invasión hispano-francesa de Gran Bretaña. La población abandonó precipitadamente las localidades costeras y el comercio naval inglés y la Bolsa de Londres cesaron su actividad, en un ambiente de terror que no se había vivido desde los tiempos de la guerra anglo-española del siglo XVI y acentuándose la situación de desamparo de los británicos por el hecho de que las mejores unidades del ejército inglés se encontraban combatiendo en ultramar. Finalmente, y a pesar de la insistencia del almirante español para lanzar de inmediato la invasión, Guillouet, comandante supremo de la escuadra combinada no se decidió a ordenar el desembarco. Tras una espera de varios días, estalló una epidemia en los buques franceses que no tardó en extenderse a los españoles, por lo que la flota franco-española tuvo que retirarse a Brest, perdiendo la oportunidad de asestar un golpe definitivo a Inglaterra. En cualquier caso, este episodio condicionaría las actuaciones posteriores de la armada inglesa, puesto que a partir de entonces la obsesión del Primer Lord del Almirantazgo sería el mantener protegidas las costas británicas a todo trance.
 
A la caza del doble convoy inglés
 
En la madrugada del 9 de agosto de 1780 una fragata exploradora española divisó en el horizonte un gran número de velas, que navegaban a unas 60 leguas al oeste del cabo de San Vicente. Con toda rapidez se envió la información al Santísima Trinidad, buque insignia de la escuadra combinada, bajo mando directo de don Luis de Córdova. La noticia fue recibida con cautela, pues había dudas sobre si las velas detectadas correspondían a la escuadra del canal de la Mancha o si se trataba en efecto del convoy pero éste iba fuertemente escoltado. El segundo mando español, don José de Mazarredo abogó inmediatamente por el ataque, ya que supuso que no había ninguna razón para que la flota inglesa se arriesgase a navegar tan alejada de las costas, salvo que no fuese escoltada.
 
Tras ordenar Córdova el ataque, las rápidas fragatas se dirigieron hacia la flota inglesa, seguidas por los navíos de guerra. El comandante inglés, John Montray, tras constatar la abrumadora superioridad del enemigo se dio a la fuga con los 3 buques de escolta, iniciando los buques mercantes una desbandada. Ante esta situación, Córdova dio desde el Santísima Trinidad la señal de "caza general", empezando una desordenada persecución en la que los buques españoles y franceses iban seleccionando y capturando presas según su propio criterio. Una vez alcanzados, los mercantes se iban entregando sin presentar oposición ya que si bien todos ellos iban armados, poco podían hacer frente a los poderosos navíos de línea. La caza se prolongó hasta la noche, capturándose en total hasta 52 buques ingleses de los 55 que componían el convoy. Las fragatas siguieron buscando a los buques huidos hasta bien entrada la madrugada, pero no consiguieron apresar a ninguno más.
 
El tesoro del doble convoy inglés capturado por los españoles
 
Iniciada la inspeccion de los buques apresados, los aliados comprendieron la importancia del golpe asestado a Inglaterra, pues no solo se habían capturado 52 buques, sino también 80.000 mosquetes, 3.000 barriles de pólvora
, gran cantidad de provisiones y efectos navales destinados a mantener operativas las flotas inglesas de América y el Océano Indico, vestuario y equipación para 12 regimientos de infantería, y la ingente suma de 1.000.000 de libras esterlinas en lingotes y monedas de oro (todos los buques y bienes capturados estaban valorados en unas 600.000 libras). Además se hicieron cerca de 3.000 prisioneros, de los cuales unos 1.400 eran oficiales y soldados de infantería que pasaban como refuerzos a ultramar.
 
Consecuencia de la captura del doble convoy inglés
 
Las pérdidas supusieron para Inglaterra el mayor desastre logístico de su historia naval, superando incluso al sufrido por el convoy PQ 17, perdido frente a fuerzas alemanas más de un siglo y medio después, durante la Segunda Guerra Mundial. El número de buques y hombres capturados, así como la cantidad de más de 1.000.000 de libras esterlinas en lingotes y monedas de oro que pasaron a manos españolas, provocaron fuertes pérdidas en la bolsa de Londres, lo que perjudicó gravemente las importantes finanzas que Inglaterra mantenía para poder sostener las lejanas guerras que libraba.
 
Otras capturas de convoy ingleses en el Canal de Mancha

En la campaña de 1781, asimismo en el canal de la Mancha, gracias a las acertadas disposiciones que tomó el general Córdova secundado por su mayor general José de Mazarredo,en dicha campaña también le cupo el éxito de apresar otro convoy británico de 24 barcos.

 

 

 

 

Loading

Loading

Etiquetas:

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

el distrito tv

lo más leído

Lo más visto

Scroll al inicio