El portavoz del grupo municipal socialista en el Ayuntamiento de Madrid, Jaime Lissavetzky, ha expuesto hoy el baile de anuncios y rectificaciones que ha rodeado a la venta de 26 cuadros propiedad de la empresa pública Madrid Espacios y Congresos y, por extensión, patrimonio de todos los madrileños. El edil ha subrayado que los responsables municipales previeron recaudar unos tres millones de euros y, sin embargo, se ha obtenido poco más de 320.000.
Asimismo, apunta Lissavetzky, este “ruinoso negocio” vuelve a dejar claro la “incapacidad” de la alcaldesa, Ana Botella, para gestionar la ciudad: paró la venta de los cuadros aduciendo que eran patrimonio municipal y, apenas quince días después, refrenda su venta señalando que se trata de cuadros “decorativos”: “Si usted no es capaz de gestionar su propia casa, a su propio equipo, ¿cómo va a ser capaz de gestionar Madrid? ¿Comprende que digamos que carece de hoja de ruta?”, ha inquirido a la regidora. “¿Quién manda aquí?”, ha ironizado.
En su primera intervención, Lissavetzky ha realizado una pregunta directa a la regidora: “¿Cuándo se aprobó la venta de la subasta de cuadros de Madridec?”. El propio portavoz ha tenido que ofrecer los datos: “Como siempre, no me contesta usted. La decisión se tomó en la primera quincena de abril. O no se entera de nada o, si conocía entonces la intención de subastar los cuadros, ¿por qué no impidió antes la operación?”.
Son varias las rectificaciones que han rodeado a la subasta: después de que los medios comunicación lo dieran a conocer y de que el responsable de Madridec, Fernando Villalonga, previera unos ingresos de tres millones de euros “o una cantidad muy superior”, Botella suspendió la operación. Dos semanas después, sin embargo, la venta quedó definitivamente aprobada y la propia regidora calificaba las obras como meros adornos de despacho.Con este cambio de opinión, Botella “pone en tela de juicio” la obra de autores como Millares, Calve, Rivera o Tapies o el hecho de que varios de los cuadros del lote subastado han sido expuestos en centros como el Reina Sofía.
A ello se añade la oportunidad de la operación y es que, como ha indicado Lissavetzky, no parece que el actual sea un buen momento para la venta de arte. Así, por ejemplo, una pieza de Millares que hace 20 años se compró por 27 millones de pesetas (unos 160.000 euros) se ha vendido por 40.000 euros menos: 120.000. Con otros cuadros, la rebaja respecto a su precio de compra ha sido del 50%.
“¿Va a haber algún responsable de este desatino?”, ha preguntado Lissavetzky, quien sugiere que la alcaldesa se cese a sí misma: “Apoyamos los Juegos Olímpicos pero usted debe bajarse del Olimpo porque está aquí para gestionar la ciudad”. El portavoz del PSOE finalizó su intervención con una cita de Julio César: “Enfrentado a una situación límite, dijo: ‘Estoy en la cumbre, al borde del abismo’. Esa es su situación, señora Botella”.
