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Lissavetzky pide a Botella a pelearse por Madrid frente a “la contrarreforma” local del PP

El portavoz del grupo municipal socialista, Jaime Lissavetzky, pide a la alcaldesa de Madrid, Ana Botella, que ejerza como tal y trabaje para que la Ley de Capitalidad sea el instrumento que “blinde” los servicios municipales de Madrid frente a la agresión que supone “la contrarreforma local que el PP ha puesto sobre la mesa”.

 

Lissavetzky reitera la petición que hizo a la regidora en el Pleno del Consistorio del pasado mes de febrero, en el que le reclamó que peleara para asegurar un estatus especial para Madrid. “En este asunto, como en tantos otros, Ana Botella siempre ha preferido colocarse la insignia del PP en la solapa antes que defender el bastón de mando que le corresponde como alcaldesa. Sus últimas declaraciones parecen haberla sacado de su habitual aislamiento en el palacio de Cibeles. Si es así, le damos la bienvenida a la realidad. Sin embargo, cabe recordarle que vivir en el mundo real tiene sus consecuencias y no basta con lanzar mensajes al aire. Por eso, insisto: señora Botella, pelee por Madrid, por favor”, apunta el portavoz.

 

El desarrollo de la ley de Capitalidad, opina Lissavetzky, no debería servir únicamente para enmendar la reforma local, tal y como sugiere la alcaldesa. Al contrario, debería constituirse como “la herramienta que proteja y garantice los servicios públicos a todos los madrileños, al tiempo que garantiza su financiación. Es preciso desarrollar la ley de Capitalidad de forma justa y razonable que permita a la ciudad disponer de capacidades para proyectar su futuro”, defiende Lissavetzky.

 

El portavoz socialista considera urgente abordar este asunto, máxime cuando el PP ha iniciado una “contrarreforma local” que supone “un gravísimo retroceso democrático” y un ataque al municipalismo. “Cada vez hay mayor intrusismo en las políticas locales, aquellas que deben ser más cercanas al ciudadano. Un ejemplo evidente es el recargo al IBI que ha impuesto Rajoy durante dos años más: 2014 y 2015”, expone.

 

A su juicio, las consecuencias de la reforma se traducirán en “recortes, recortes y más recortes de los servicios sociales”. De hecho, la prueba experimental de tales efectos ya se puede ver en el servicio de limpieza de Madrid: el ejecutivo local decidió externalizarlo y adjudicar nuevos contratos que bajan significativamente el canon que se paga a las empresas adjudicatarias. “Si hay menos dineros, hay menos trabajadores. Ya ha habido despidos y el ERE amenaza a más de mil empleados más. Y si hay menos trabajadores y menos equipamiento, la ciudad estará más sucia. No es una cuestión de percepción de los ciudadanos, sino de hechos”, concluye. 

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