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Madrid, Ciudad por Comercio Justo

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Madrid cumple los requisitos exigidos por la campaña europea para obtener la declaración de Ciudad por el Comercio Justo. Con esta calificación, Madrid se equipara a ciudades como Londres, Roma, Bruselas o Sydney. Con ella, además, se evidencia el compromiso de Madrid con la solidaridad, al contribuir a que personas que no han tenido las mismas oportunidades que nosotros, sólo por el lugar en el que han nacido, puedan vivir dignamente de su trabajo.

El Pleno del Ayuntamiento de mayo de 2008 aprobó una resolución a favor del Comercio Justo y del programa Ciudad por el Comercio Justo, que fue aprobada unánimemente por todos los partidos políticos. Desde entonces el Instituto Municipal de Consumo ha trabajado con las diferentes áreas de Gobierno para incorporar el comercio justo en licitaciones y contratos menores donde fuera posible: el café de las máquinas de vending, el de los desayunos que se sirven en los Plenos del Ayuntamiento, en el programa de formación municipal sobre consumo y en los servicios de cafetería y comedor de centros de mayores, entre otros.

Uno de los objetivos de la campaña Ciudad por el Comercio Justo es poner a disposición de los madrileños estos productos. En Madrid hay ya 250 comercios minoristas y 130 establecimientos de la restauración que los utilizan, superándose el mínimo establecido por la campaña europea, que es algo superior a la centena de establecimientos. En cuanto a las empresas que se han comprometido con estos productos a través de las diferentes organizaciones de Comercio Justo, han sido más de doscientas en 2010, cuando el número mínimo requerido por el programa internacional para Madrid era de 64.

También se han realizado más de un centenar de actividades de sensibilización a diferentes sectores de la ciudad, empezado por la  ciudadanía, y siguiendo por la propia administración municipal, la comunidad educativa y los trabajadores y trabajadoras de las empresas madrileñas.

El comercio justo, que es una alternativa complementaria al comercio convencional, ha de ajustarse tanto a criterios económicos como a valores éticos que abarcan aspectos tanto sociales -como la lucha contra la explotación infantil- como ambientales, contribuyendo a que las poblaciones más desfavorecidas del planeta tengan acceso a una vida digna. Porque los importes de las ventas de comercio justo revierten en la zonas de origen de los productos a través de proyectos educativos de desarrollo y sanitarios con la ventaja de que se eliminan intermediarios y se obtiene una producción más natural, equitativa y en justas condiciones de trabajo.

El Ayuntamiento de Madrid ha contado con la colaboración de las organizaciones de Comercio Justo de nuestra ciudad, entidades que llevan años fomentando el consumo de estos productos, al tiempo que hacen campañas de sensibilización sobre la problemática actual del comercio entre el Sur y el Norte, sobre el Consumo Responsable, y sobre el Comercio Justo como herramienta de erradicación de la pobreza en los países en vías de desarrollo.

La Coordinadora Estatal de Comercio Justo, asociaciones como Ayuda en Acción, Proclade, Proyde, Setem, IDEAS, Solidaridad Internacional y la Asociación del Sello Fairtrade-Comercio Justo son algunas de las muchas organizaciones de Comercio Justo que hay en la ciudad de Madrid.

 

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