En el pasado mes, Nicaragua ha sido sede de la 5ª edición de la CATM (Feria Internacional de Turismo de Centroamérica). El evento ha representado una excelente oportunidad para presentar a los mercados europeos, asiáticos, y sudamericanos los extraordinarios recursos naturales, culturales, históricos, monumentales y gastronómicos con que cuentan los siete países de la región centroamericana, cuyos respectivos ministros del rubro no faltaron a esta importante cita. Pero de especial inspiración ha sido la contribución de Nicaragua para proyectar al mundo no sólo su imagen como uno de los más atractivos destinos turísticos, sino como país anfitrión, su capacidad organizacional a cuyo frente descuella la labor del ministro Mario Salinas, el propio Comité, el Intur, y la dinámica sinergia desarrollada por Lucy Valenti, presidenta de la Cámara Nacional de Turismo, en su vertiente más empresarial.
No en balde, la inmejorable realización de CATM convocó a 160 empresarios internacionales, 200 expositores (oficinas de turismo, agentes de viaje, aerolíneas, tour operadores, hoteles, etc.) y 50 periodistas de prestigiosos medios de comunicación europeos y americanos que cubrieron el evento. Estos profesionales tuvieron también la oportunidad de disfrutar de una serie de tours. A través de estos viajes descubrieron los puntos de mayor interés de toda la cintura del continente. Desde el mundo mágico de los mayas en Guatemala y Honduras, a los Parques Nacionales salvadoreños, sin olvidar Panamá La Vieja, la verde Costa Rica o cómo practicar deportes acuáticos en Belice. Aunque, sin duda, lo que más sorprendió y satisfizo al nutrido grupo de periodistas fue la propia Nicaragua.
El país amigable y seguro que sorprende a sus visitantes
Probablemente, a causa de pasados conflictos hoy largamente superados, fue éste un país que no alcanzó hasta la anterior década la progresión turística que algunos de sus territorios vecinos lograron. Pero, también, por esta razón, ha preservado su autenticidad y carácter más que ningún otro. Sin embargo, en la actualidad, Nicaragua -el más grande de la región- es hoy un amigable, seguro y pacífico país que sorprende a los que no lo conocían y sigue apasionando a los que repiten visita por múltiples motivos. Nicaragua es, ante todo, un país de contrastes: ciudades coloniales como Granada y León, ciudades paseables donde aún se puede respirar la poesía de Rubén Darío y admirar los vestigios monumentales de los españoles; sistemas volcánicos entre los que destaca el Masaya, a cuyo impresionante cráter uno puede asomarse si no padece vértigo; enormes lagos como el Nicaragua o el Managua o misteriosas lagunas como la del Apoyo, un verdadero regalo para la vista; cuidades y pintorescas playas como la de San Juan del Sur, o salvajes y paradisíacas como las de Marina Puesta del Sol, un atractivo Resort ubicado entre los manglares del Pacífico Norte; archipiélagos con más de 300 islas; selva y reservas naturales como las del volcán Mombacho, en las que se pueden apreciar la flora y la fauna en estado salvaje; la colorista artesanía de sus mercados, etc. Y, con toda seguridad, lo que más sorprende al turista que visita Nicaragua es la hospitalidad y la generosidad de sus gentes. Aspecto que si bien puede resultar un estereotipado eslogan promocional, aquí responde a una rotunda realidad. Por todo ello, no es de extrañar que con las continuas mejoras de su infraestructura y los altos niveles de seguridad ciudadana, Nicaragua se haya convertido hoy en un destino ideal para las inversiones en el sector turístico.
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