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¿Pero dónde está tajikistán?

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“Mucha gente sabe más sobre la superficie de la Luna que sobre Tajikistán”. Con esta queja empieza su Guía Turística el escritor Robert Middleton acerca de este desconocido país para el mundo occidental. Y tiene razón: Tajikistán es uno de los destinos turísticos por descubrir. La escasa atención que este territorio ha recibido por parte de los tour operators internacionales se debe, en parte, a las consecuencias de su guerra civil y a la reputación de que era el país más pobre de las repúblicas soviéticas. Sin embargo, la realidad es muy diferente desde 1991. Ahora es independiente y pacífico. Y se empieza a conocer que Tajikistán posee unos increíbles recursos naturales y potenciales para el turismo. Especialmente, para el de aventura –escaladas, senderismo, vida salvaje, glaciares, etc.  -merced a sus majestuosas montañas, de hasta 8 mil metros de altura, y a sus espléndidos paisajes de valles, ríos y lagos. Como los de la región de Pamir, a la que nos referiremos en otra ocasión.

Tajikistán es un país ideal para el viajero que le gusta descubrir por sí mismo, y por las carreteras menos transitadas, sus bellos y salvajes paisajes, toparse con la espontánea hospitalidad de sus gentes, y recorrer los pasos por donde anduvieron grandes personajes de la historia. Desde Alejandro el Grande hasta Tamerlán. El atractivo de este territorio reside también en su antigua civilización y el rico legado histórico de los persas. Hay numerosos santuarios islámicos y mezquitas, lugares con mucha tradición, como los de la Ruta de la Seda, y etnias semi-nómadas como la Kyrgyz que viven en altas planicies de hasta 4 mil metros de altura (Murghab), donde pastan sus rebaños. No obstante, hay un gran contraste de  paisajes entre el norte y el sur del país, así como con la gente sureña que habita cerca del río Amu, frontera natural con Afganistán.

Dushanbe, la ciudad llamada “lunes”
Dushanbe, la capital de Tajikistán, ubicada en el corazón del Asia Central y respaldada por algunas de las más altas montañas del mundo, cuenta también con indudables atractivos. Es espaciosa, con grandes y limpias avenidas, y con un cielo claro la mayor parte del año. Paseando por la larga avenida Rudaki, que va de norte a sur de la ciudad, el viajero puede admirar bellos edificios neoclásicos rodeados de árboles y flores. También detenerse a tomar un café en Choikhona Rokhat o Café Istanbul y contemplar durante un rato cómo la vida de los tadjikos pasa ante sus ojos. Al reemprender la ruta, hay que visitar el soberbio Museo Nacional de Antigüedades, y el Etnográfico, adjunto al primero. Si se dispone de tiempo, hay otros interesantes museos. Como los enclavados en la calle Tostoi dedicados al célebre escritor Sadriddin Aini o al músico Ziyadullah Shahidi..

Pero algo que ningún turista debe perderse es una visita al oloroso y bullicioso Bazar o “Mercado Verde” en Shaikh Mansur. Una impresionante y bien organizada venta de frutos frescos y secos, verduras, quesos, carnes, y cualquier cosa que uno pueda imaginar. Algo que sorprende es la absoluta limpieza que se observa a lo largo y ancho de este gran mercado. Y otra visita “obligada” es al centro Bactria. Allí se pueden comprar interesantes artículos hechos a mano por las mujeres de la región de Pamir. Retornando a la avenida Rudaki, llama la atención el Palacio Presidencial y su hermoso jardín. El diseño de este gran edificio responde, como tantos otros, al estilo arquitectónico soviético. Asimismo, los alrededores de Dushanbe ofrecen otros muchos lugares de interés que merecen la pena visitarse por las insólitas leyendas que de ellos se cuentan. 

www.franciscogavilan.net 
Más info: The Comite of Youth Affaire, 
Sports and Tourism of Tajikistan. 6, Sportivnaya Str.,Dushanbe 734025; 
Tel. (992 37) 235-10-25; 
[email protected]

 

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