Éxito rotundo. Con estas palabras se define el arranque del Mercadillo Solidario de la Fundación Blas Méndez Ponce de ayuda a niños oncológicos y de difícil curación. Y las cerca de 1.000 personas que han acudido a la Casa de Cantabria de Madrid para hacer sus compras durante el fin de semana lo ratifican.
Ya durante la inauguración, que se realizó el pasado viernes, el director de cine cubano Pavel Giroud afirmaba que apadrinar el Mercadillo Solidario es “lo más honroso que he vivido como cineasta” y que, aunque en su trabajo y, concretamente, en su última película El Acompañante “hay un gran vínculo con diferentes acciones sociales”, cuando investigó el trabajo que realiza la Fundación “uno siente que realmente hace muy poco por los demás y que se puede hacer mucho más”. Por ello, no dudó en concluir su intervención invitando a todos “no a que se diviertan y gasten poco sino a que, esta vez, gasten todo lo que puedan porque la causa lo merece”.
Grandes marcas, grandes descuentos
También ha quedado patente el compromiso solidario que adquieren las grandes marcas al donar sus productos, que se encuentran a la venta con precios rebajados entre el 50% y el 80%.
Así, por ejemplo, cabe la posibilidad de adquirir diferentes prendas de ropa de Adolfo Domínguez, Lacoste y Grupo Cortefiel; zapatos de Pikolinos o Camper; productos cosméticos de Nuxe y Bella Aurora y juguetes de Playmobil y Hasbro, además de una gran variedad de productos cántabros y todo tipo de complementos y detalles que hacen del Mercadillo Solidario la opción ideal para empezar con las compras navideñas.
Igualmente, está previsto realizar todo tipo de actividades durante la semana. Así, por ejemplo, hoy se celebrará de una forma muy especial el Día del Voluntariado y el próximo miércoles día 7 habrá una entrega de cartas a Papá Noel, además de algunas sorpresas más que se darán a conocer a través de las redes sociales con los hastags #MercadilloSolidario #ContamosContigo #FBMP
Sobre la Fundación Blas Méndez Ponce
La Fundación Blas Méndez Ponce fue constituida en 1997 con el fin de mejorar la calidad de vida de los niños y adolescentes oncológicos a través del ocio y el tiempo libre. Así, a lo largo de estos años, se ha realizado un gran esfuerzo para llevar a cabo distintos programas socioeducativos, de voluntariado y asistenciales que tienen como objetivo paliar los cambios que se dan en el niño y en su núcleo familiar.
No en vano, el juego y la diversión ayuda a que mejoren la confianza en sí mismos para compartir sus experiencias con otros compañeros en distintas fases de la enfermedad y enfocar, de una manera más positiva, las situaciones difíciles a las que se enfrentan.
En la Fundación colaboran médicos, enfermeros, psicólogos, trabajadores sociales, auxiliares de enfermería, monitores de ocio y tiempo libre, educadores, padres y madres y un extenso grupo de voluntarios, sin los cuales la actividad con los pacientes no sería posible. Asimismo, las contribuciones de los socios, las donaciones particulares y el patrocinio de diversas instituciones públicas y privadas hacen realidad el plan de actividades con los enfermos y sus familias.
