Bajo la denominada ‘operación Butrov’, los investigadores, pertenecientes a la Unidad Orgánica de Policía Judicial de las Comandancias de A Coruña y Madrid y del Servicio de Investigación Criminal de la Ertzantza de Guipúzcoa, constataron que los autores de los robos se habían desplazado expresamente a la región del noroeste peninsular para acometer los asaltos. Los responsables se hospedaban en residencias de conocidos evitando así que tuviesen que documentar su estancia.
Esto les facilitaba además realizar estudios de campo en las zonas donde a posteriori darían ‘el golpe’. La organización actuaba principalmente en naves industriales, a las que accedían mediante el procedimiento del butrón, lo que permitió cruzar información entre los distintos cuerpos de seguridad que permitió localizar a los autores. Así, los agentes averiguaron que el grupo sustraía los vehículos en poblaciones madrileñas, trasladándose hasta el lugar de destino usando placas de matrícula falsificadas.
Según los agentes de la benemérita, los detenidos llevaban una vida “perfectamente normal” para no levantar sospechas. En los registros efectuados en los barrios de Usera, Villaverde y Carabanchel se intervino una elevada cantidad de dinero en efectivo, herramientas utilizadas en los robos, además de joyas, relojes y ropa de primeras marcas, además de documentación donde se recogen los estudios de los lugares donde se perpetraron los hechos delictivos.
Los cinco arrestados, de edades comprendidas entre los 24 y 41 años, contaban con un amplio palmarés delictivo, e incluso tienen orden de expulsión de España. Se les imputan los delitos de organización criminal, robo con fuerza en domicilios habitados, robo con fuerza en las cosas, robo de vehículo, falsedad documental y delitos contra la seguridad del tráfico.
