Lo que hasta hace unos meses era un solar vacío en medio de la calle Antonio López es ahora un auténtico frenesí de obreros. Con una inversión de 150 millones de euros, el futuro centro comercial Plaza Río 2 pretende ser la pieza que le faltaba al parque urbano del Manzanares.
“Es una ubicación donde no hay casi ninguna oferta”, ha manifestado, en una rueda de prensa este jueves, el consejero delegado de LSGIE, Bertrand Chevallereau. El proyecto, según sus estimaciones, está generando 2.000 puestos de trabajo durante su construcción y cerca de 1.800 cuando entre en funcionamiento.
Los promotores prevén que el centro comercial, el único de sus características en esta zona de Madrid, atraiga entre 12 y 14 millones de visitantes anuales. Una cifra que había alarmado a los vecinos por las posibles aglomeraciones de vehículos que podría provocar. “Vamos a evitar muchos desplazamientos, el objetivo es que entre el 50 y el 60% de los visitantes lleguen a pie”, ha avanzado Chevallereau, quien también ha destacado lo “sensible” que ha sido el Consistorio con este tema.
“Somos conscientes de la ubicación muy urbana, por eso, tiene una conexión directa con el túnel de la M-30, por lo que una parte importante del tráfico no influirá en el entorno”, sostienen desde Plaza Río 2. Además, se ha hecho un estudio con el departamento del Tráfico de Ayuntamiento y habrá un ajuste de éste.
Una calle cruzará el centro comercial
Plaza Río 2 será espacio de compras que reunirá a las grandes marcas, como Inditex o H&M, junto a 3.000m² dedicados a la restauración y ubicados en la terraza a modo de gran mirador ssobre la ciudad. Además, Alcampo se instalará con un hipermercado y los promotores esperan que el centro comercial sirva como motor dinamizador de una calle, que en su opinión, había perdido “la calidad y oferta” en su oferta comercial.
El proyecto ha cambiado su fisonomía tras las quejas del Ayuntamiento y de los grupos vecinales que pedían que no se construyese un edificio con las características de otros centros del grupo y que impidiese un contacto entre la calle Antonio López y la ribera del Manzanares. Finalmente, incluirá una calle privada entre ambas vía con una zona central acristalada, así como un diseño más moderno y alejado del aspecto de gran mole de sus centros comerciales hermanos.
