Según informa el cuerpo de seguridad local, la carnicería carecía de todas las condiciones higiénicas y comercializaba productos alimenticios en un establecimiento abierto al público. Durante la inspección, los agentes comprobaron partidas de carne descongeladas en el suelo, sin acreditar la trazabilidad de los productos, sin ningún tipo de etiquetado que hiciese alusión al precio de venta, a la denominación del producto, a su composición y alérgenos.
Asimismo, las básculas carecían de control por parte del departamento de metrología; dos cámaras refrigeradoras no funcionaban y las otras presentaban anomalías en los termógrafos. En las vitrinas exponían, por el precio de 2 euros, bolsas de comida indeterminada que ellos mismos elaboraban. La manipulación de los productos se realizaba en unas condiciones higiénicas acordes con el resto del local.
Los trabajadores no acreditaron la relación contractual con la empresa y ninguno aportó el certificado de capacitación para la manipulación de alimentos. Las autoridades comprobaron que el establecimiento no presentaba licencia que acreditase la actividad realizada. Como resultado de la intervención se procedió a dar cuenta de los hechos a los Técnicos de Sanidad de la Junta Municipal del Distrito de Usera, por si pudiese ser constitutivo de algún tipo de infracción administrativa.
