La intervención tuvo lugar después de que agentes de la Policía Municipal adscritos a la Unidad Integral del citado distrito, en el marco de las labores de inspección que realizaban en el barrio, observaron cómo se manipulaban los alimentos con herramientas -tablas y cuchillos- con suciedad y restos en descomposición.
Quedando precintados los 310 kilogramos de productos cárnicos frescos y congelados y los 10 kilogramos de pescado fresco en estado de congelación, todo ello a disposición de la Autoridad Municipal en materia de sanidad. Los efectivos policiales accedieron al interior del negocio, detectando graves infracciones y negligencias en materia higiénico-sanitaria: cámaras que no funcionaban, productos cárnicos depositados en carros de la compra a temperatura ambiente, carne y pescado en congeladores sin sistemas de envasado y con la cadena de frio rota -decolorados, en contacto con las paredes del aparato congelador y llenos de escarcha-.
Los uniformados también fueron testigos de la ausencia de elementos de extinción de insectos y planes de prevención de desinfección -se observaron insectos en el interior de las cámaras frigoríficas-. Según manifestaciones del dueño, congelaban piezas de carne para luego poder cortarlas mejor, hecho este totalmente prohibido por la normativa en materia de consumo. Igualmente se detectó que los elementos de pesaje no habían pasado controles de metrología, así como la falta de capacitación para manipular alimentos.
