Parece que las movilizaciones han dado resultado y, tras la tempestad, la calma ha vuelto al CEIP Ciudad de Valencia.
Profesores, padres y alumnos de este centro escolar de Villa de Vallecas iniciaron, hace unas semanas, una serie de actuaciones para solicitar la paralización de las obras que se están desarrollando en el colegio. Aseguraban que los trabajos suponían un peligro para gran parte de los escolares de este centro y acusaban al director del Área territorial de Madrid-Capital, Bonifacio Alcañiz, de haber incumplido los acuerdos alcanzados respecto al traslado de los pequeños de 4º, 5º y 6º de Primaria al colegio Juan de Herrera. Según afirman algunos miembros de la AMPA en su blog, Alcañiz comunicó a la Dirección del centro que dicho traslado se realizaría cuando el Juan de Herrera estuviese vacío pero, a día de hoy, continúa ocupado por los alumnos del CEIP Loyola de Palacio. Los padres apuntaban así una falta de espacios evidente, con el consecuente perjuicio que esto supondría para el óptimo desarrollo de las actividades educativas.
Una educación digna y de calidad
Esa era la principal reclamación de la AMPA, y así lo manifestaron los padres el pasado 29 de abril durante la marcha multitudinaria que les llevó por distintas zonas de Santa Eugenia. Además, y aprovechando que ese mismo día la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, acudió a la entrega de los Premios Villa de Vallecas, varios de los manifestantes le hicieron llegar un comunicado exponiéndole la situación. Sobre las 23.00 horas, Aguirre telefoneaba a uno de los vocales de la AMPA para dejar zanjado el tema y un día después el viceconsejero de Organización Educativa, Jesús Valverde, se reunía con la Dirección y el Consejo Escolar del centro, para dejar cerrado el acuerdo definitivo. Así, tras el encuentro, en el que también estuvo presente Bonifacio Alcañiz, se estableció que el traslado al CP Juan de Herrera quedaría aplazado hasta septiembre, en las condiciones acordadas y que, hasta el fin de las clases, los trabajos se acomodarían para interferir lo menos posible en las actividades escolares.
Desde la AMPA han mostrado su satisfacción con el resultado de la reunión y han querido agradecer a todos los padres su implicación en el asunto. Aunque los más escépticos prefieren ser cautos y aconsejan “estar atentos y preparados para poder actuar ante posibles incumplimientos, pues lo cierto es que no hay nada por escrito”, aseguran.
