El Tribunal Supremo ha reducido las condenas de 13 de los 20 integrantes del clan de los Gordos penados por dedicarse al tráfico de drogas en el poblado de Valdemingómez al entender que no se les debió aplicar la agravante de pertenencia a organización criminal, dado que sus características se sitúan más en un grupo criminal de menudeo de droga.
Con esta decisión, los patriarcas del grupo Juan José Hernández Ramírez y su esposa, Adela Motos García, verán su condena de 19 años de prisión reducida.
La Audiencia de Madrid les condenó por delitos contra la salud pública en condición de jefes de la organización y tenencia ilícita de armas. Durante el juicio, alegaron que les había tocado la lotería en 2003 para justificar los 35.000 euros que se hallaron en su casa situada en el Pozo del Tío Raimundo, así como las joyas de oro valoradas en 12.000 euros.
Ni la Audiencia ni ahora el Supremo creen esta versión, aunque el Alto Tribunal señala en la resolución dada a conocer este jueves que el ámbito territorial de actuación del clan era su barrio de residencia (la Cañada Real), y de lo incautado e investigado no se ha probado que manejaran cantidades de droga especialmente importantes ni con grandes resultados ni con un sistema de blanqueo propio de una gran estructura organizativa.
Para los magistrados del Tribunal Supremo, el clan más bien tiene las características de una unión de personas constituida para el trafico de drogas al menudeo. Además de reducir la pena a trece de los miembros del grupo, se absuelve a otras seis personas por no existir prueba suficiente contra ellas.
