Por otro lado, el estudio determina que hay más mortalidad de lo usual en 8 kilómetros a la redonda, relacionada, según el Consistorio, con «hábitos de vida». A diferencia de los datos sobre la mortalidad que sí se consideran relevantes, el estudio no alcanza conclusiones sobre la afección de Valdemingómez a la salud en general -la morbilidad- porque, según ha apuntado el Consistorio madrileño, la Comunidad de Madrid no facilitó los datos necesarios para realizar el estudio.
El organismo ciudadano Rivas Aire Limpio valora que Madrid haya hecho «un primer intento serio» de mejorar el control de la actividad de la incineradora, pero considera que sus «importantes carencias» no permite alcanzar «conclusiones definitivas». En concreto, han censurado en un comunicado que las poblaciones colindantes hayan quedado excluidas, así como la «incapacidad de distinguir entre poblaciones con plazos diferentes de exposición, no inclusión de la morbilidad».
También han afeado algunas «carencias» y «falta de más controles» en el estudio ambiental, como lo referentes a las mediciones de los contaminantes en los suelos, los efectos sobre la fauna o la aparición de nuevas mediciones de las emisiones de la incineradora con controles ajenos a la empresa explotadora. No obstante, han considerado que es «un buen comienzo, que debe tener continuidad y que permite la participación social».
También han asegurado que van a trasladar esta valoración al Ayuntamiento de Madrid, al tiempo que insistirán en pedir al Gobierno de la Comunidad de Madrid que realice un estudio epidemiológico. Y reclamarán al Ayuntamiento de Rivas que «haga lo necesario» para incluir a la población de Rivas en todos los estudios anteriormente considerados.
