Buscar
Cerrar este cuadro de búsqueda.

Brescia

19.jpg

Italia siempre ha despertado en este escritor un sentimiento ambivalente: el enorme goce  de “estar allí” y también la nostalgia de “no estar allí”. Pero para mitigar la añoranza siempre queda la esperanza -un goce anticipado- de volver y descubrir nuevas regiones-. Lombardía ha sido, en este sentido, el nuevo bálsamo para el espíritu. Situada al noreste del país, es una zona privilegiada en muchos aspectos, los cuales os iré desvelando a continuación con el terapéutico ánimo de contagiaros las placenteras emociones vividas allá.

El esplendor del arte
Entre otras ciudades lombardas, Brescia, la capital de su propia provincia, es un destino que sorprende al visitante. Un territorio que encierra la esencia típica de toda Italia. Un  lugar ideal para pasar unas vacaciones o visitarla unos días en cualquier época del año. Cuando uno pasea por su centro histórico aparecen a su paso iglesias, monumentos, palacios, galerías de arte, edificios con soportales, tratorías… Esto es, la Italia tradicional, pero en un marco bresciano, que marca la diferencia con otras regiones. 

Las tres plazas principales (Loggia, Vittoria, y Pablo VI), casi contiguas, forman uno de los más atractivos escenarios de la ciudad. A través de ellas discurre la sosegada vida de sus ciudadanos. En la de la Loggia es de especial interés la loggetta, de gusto veneciano, y el torreón, con un bellísimo reloj de grandes dimensiones, así como el Palacio Municipal, verdadero icono de la ciudad. Muy cerca de esas plazas, El Duomo Vechio (la catedral vieja) es otra de las visitas obligadas. Perderse por las callejuelas medievales que te llevan al Castillo, desde donde se observan bellas panorámicas de la ciudad, es otro interesante recorrido.  

Museo de Santa Giulia
El arte y la cultura son una constante en Brescia. La ciudad se muestra orgullosa de su principal museo, uno de los más importantes de la región, llamado de Santa Giulia. Asentado en un antiguo monasterio benedictino, cuenta más de 3.000 años de historia en dos itinerarios. El primero, está dedicado a la historia del propio monasterio y de la  ciudad, con la iglesia de San Salvatore, el coro de las monjas, los claustros de la época renacentista, etc. El segundo recorrido exhibe, en orden cronológico, obras de arte de extraordinario valor (dípticos de marfil, camafeos, cristales de murano, etc.) y más de 12.000 objetos arqueológicos, desde la prehistoria hasta el siglo XIX. De forma muy didáctica se muestran también las técnicas de elaboración y de decoración del material expuesto. Hay que resaltar como paradigmática la organización del museo.

Pero, además, en el Santa Giulia se pueden admirar temporalmente colecciones de obras procedentes de los más importantes museos del mundo, correspondientes a genios  tan importantes como Monet, Mollet, o Van Gogh.

Otra de las importantes ventajas de ubicarse en Brescia es que ésta es punto intermedio de un circuito de ciudades de arte como Verona, Trento, Bérgamo, Milán, Mantua y Cremona, que se encuentran, como quien dice, a tiro de piedra. Sin olvidar los románticos lagos de Garda e Iseo. Todo ello, unido a su propuesta enogastronómica y el agradable ambiente de sus calles, hacen de Brescia uno de los lugares más apetecibles del norte itálico. Como ya dijera de ella el emperador Enrique VII de Luxemburgo hace 700 años: “Brescia no es una ciudad, sino un reino”.

www.franciscogavilan.net 
Más
info: Bresciatourism. 
Pza. del Vescovato,3, 25121 Brescia; 
Tel. +39.030 2400835 
www.bresciatourism.it

Loading

Loading

Etiquetas:

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

el distrito tv

lo más leído

Lo más visto

Scroll al inicio