¿Crees que en Alemania sólo se comen salchichas y se beben cervezas? Que la cerveza y las salchichas «Bratwurst» formen parte de todas las fiestas y ferias es algo lógico. Las salchichas y las cervezas germanas son excelentes. Pero son solo una parte de todos los placeres gastronómicos que podrás encontrar en Alemania. Porque al enfatizar tanto en ese combinado tan turístico y conocido, ha anulado en buena medida el resto de las múltiples opciones culinarias que tiene la cocina germana Como destino de viajes con una cultura fascinante, unos paisajes de lo más variados y una larga historia a sus espaldas, Alemania siempre ha sido un país capaz de sorprender. Y también gracias a su cocina, que hace ya tiempo que se ha hecho un hueco en el panorama gastronómico mundial. En este sentido, su oferta es tan variada y exquisita que te hace dudar qué elegir. En este caso, para salir de dudas, es preferible seguir el consejo de Mark Twain: “Come lo que quieras, y deja que la comida se pelee en el interior”
Para promocionar el turismo alemán, la campaña turística de este año se basa, precisamente, en divulgar y promocionar mucho más sus sabores culinarios. Petra Hedorfer, presidenta del Centro Nacional Alemán de Turismo declaraba recientemente: “Entre los puntos fuertes del país como destino turístico, se incluye la variedad de estilos de cocina y de especialidades regionales, así como la extensa oferta gastronómica. Con un enfoque en las propuestas regionales y de temporada estamos apoyando el posicionamiento de Alemania como destino turístico sostenible y promoviendo los espacios rurales”. No en balde, un siete por ciento de los extranjeros que visitan Alemania, están motivados por la diversidad y la calidad de la oferta gastronómica. “Ir a restaurantes y cafeterías” se sitúa en el segundo puesto de las diez actividades más populares en vacaciones, después de “visitar rincones emblemáticos de ciudades como Berlín, Hamburgo, Munich, Frankfurt, entre otras muchas”
Comer y beber como elemento de estilo de vida
La gastronomía alemana (incluida la cerveza) forma parte importante de un estilo de vida. Tan es así, que Ute Kauer, una amiga alemana, me confesaba seriamente: “Nunca confíes en un hombre alemán que no beba cerveza”. Esta confesión me recuerda el film Freud, pasión por un sueño (John Huston, 1962) en el que una de sus pacientes le decía al famoso psicoanalista: “existiendo cerveza, me niego a beber agua”. Obsesiones aparte, para los alemanes –y para la mayoría de los españoles– comer y beber es algo que colabora y mucho en la comunicación social. Así, es fácil observar que los mercados regionales semanales de Alemania, así como los festivales callejeros, son parte sustancial de la vida urbana de sus ciudadanos. Visitar estos lugares es un regalo para los sentidos en los que no sólo se exhiben sus productos regionales, sino que son puntos de cita para comprar, comer, beber y conversar al aire libre. Comer en la calle es toda una tradición para los alemanes. Cualquier viajero puede descubrir platos y bebidas típicas tanto en tabernas, terrazas, o puestos ambulantes de comida. Si estás preparado para descubrir nuevos o antiguos sabores, la Oficina de Turismo Alemán pone a tu disposición una Gastroneta que te servirá los inagotables recursos de la cocina germana (panes artesanales, dulces, quesos, bayas, Maultaschen,y vinos). El Foodstruck estará en Madrid del 30 de mayo al 3 de junio en el Centro Comercial La Vaguada, y en Barcelona, del 6 al 9 de junio en el Centro Comercial Pedralbes.
A quienes decidan emprender un viaje gastronómico por Alemania les esperan, por lo tanto, grandes momentos para su paladar. Tanto si optan por mesones tradicionales como si eligen uno de los 292 prestigiosos restaurantes gourmets o con estrella Michelin del país. (Las oficinas de Turismo brindan una excelente guía –la Geroisteiner– que ponen a disposición gratuita de los turistas)
Todos ellos no solo tienen en común su alta exigencia en cuanto a calidad y origen de los productos utilizados, sino también los conceptos culinarios especiales con los que trabajan. Resulta así muy fácil dejarse fascinar por las reinterpretaciones de las recetas tradicionales o por las creaciones jóvenes e innovadoras, acompañadas siempre de un ambiente agradable una gran hospitalidad y, por supuesto, excelentes vinos. Desde hace siglos en Alemania también se saben apreciar los buenos vinos. No es de extrañar, por lo tanto, que actualmente haya más de 80.000 viticultores que cultivan unas 102.000 hectáreas de viñedos y elaboran unos caldos magníficos, algunos de los cuales han sido premiados a nivel internacional. En este momento, Alemania cuenta ni más ni menos que con 13 regiones vitivinícolas. Entre los viticultores destacan desde hace años numerosas mentes jóvenes y extremadamente creativas, cuyas bodegas y haciendas ya son una cita obligada en cualquier ruta gastronómica. No importa el itinerario que elijas para tu ruta gastronómica por Alemania, no hay duda de que tus sentidos vivirán momentos inolvidables, que te harán olvidar al pesimista Nietzsche cuando se refería a la triste condición del ser humano :“que para hacer llegar algo al estómago tiene que metérselo por la cara”. Humillar la cabeza para comer o elevarla para beber es un rasgo cultural indispensable para sentir y percibir en el paladar el sabor de las cosas.
Más info: Oficina de Turismo Alemán. c/ San Agustín, 2-1º 28014 Madrid. Tel. +34 913600392. www.germany.travel. www.franciscogavilan.net
