Los afectados por el ‘cierre’ del ascensor aseguran sentirse “incomunicados” y temen que esta situación se demore aún más en el tiempo. Por eso, su intención es reunirse con la concejal del distrito, Carmen Torralba, para trasladarle su preocupación, así como algunas posibles soluciones que han pensado entre todos.
El ascensor de Puerta de Arganda comenzó a funcionar en 2005, cuando se inauguró la pasarela. Desde entonces, ha sufrido periodos de inactividad constantes. Este periódico se hacía eco del problema ya en diciembre de 2008 y lo cierto es que nada ha cambiado en la actualidad. “Los actos vandálicos que sufre el elevador siguen siendo continuos y no está diseñado para soportarlos”, manifiestan fuentes de la Junta Municipal. Orines, vómitos, excrementos, restos de basura, pintadas, destrozos en el panel eléctrico,…, son sólo algunos de los ataques que sufre el ascensor día sí y día también. Por eso, desde la Junta Municipal contemplan cambiarlo por otro más resistente, semejante a los que instala Metro de Madrid, pero la coyuntura económica no acompaña, de momento, estas previsiones. Con respecto a la idea de instalar otra rampa semejante a la del otro extremo de la pasarela, parece descartada. Y es que, tal y como explican desde la Junta, “requiere de unas dimensiones muy grandes y ocuparía terrenos que no son municipales”. Esas mismas fuentes han negado que el ascensor lleve un año estropeado pues, “siempre que deja de funcionar se arregla, pero no dura nada en buen estado y por eso parece que lleva más tiempo roto”, explican.
Otro de los problemas radica, según comentan, en que en ocasiones las averías son tan importantes que se escapan a las labores de mantenimiento para las que está contratada la empresa. “Hemos hablado también con Policía Municipal para intentar que haya más vigilancia en la zona, pero aún así es imposible, las agresiones que sufre el ascensor son constantes”, concluyen.
Los vecinos entienden los motivos pero piden que alguien se haga cargo de esta situación y se solucione “antes de que haya que lamentar una mala caída por las escaleras o cualquier otro accidente”.