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Detienen in fraganti a cuatro personas que habían robado 14 crucifijos en el cementerio

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Cuatro personas han sido detenidas como presuntos autores de un delito de robo con fuerza en el interior del cementerio de Vicálvaro. 

Eran las 00.30 horas cuando dos agentes de policía pasaban cerca de la tapia del cementerio. Vieron a dos individuos, cuya actitud les pareció sospechosa, ya que estaban mirando al interior del camposanto. Al percatarse de la presencia policial, estas personas tomaron una actitud huidiza, por lo que los agentes decidieron darles el alto e identificarles. Uno de ellos portaba un saco con varias herramientas. 

Momentos después los agentes vieron a otros dos individuos que trataban de saltar la valla del camposanto, de más de dos metros de altura, para huir del lugar. Los agentes les dieron el alto y cuando les registraron, descubrieron entre sus pertenencias 14 crucifijos, que habían sustraído del cementerio. Además llevaban varias llaves de tubo, linternas y martillos, herramientas que supuestamente habían utilizado para arrancar los crucifijos de las tumbas. Los agentes procedieron a su detención e inspeccionaron después el camposanto, y pudieron comprobar que habían sido 13 las tumbas dañadas.

No es la primera vez que sucede

“Ya no respetan nada, es una vergüenza”, dice una señora mientras limpia la lápida de sus padres. “Se creerían que se llevaban algo de valor, de cobre, pero en realidad los crucifijos no valen nada”, explica la señora. Y es que el valor económico de este botín sería de unos 150 euros, nada comparable con su valor sentimental, ya que es muy doloroso para las familias conocer que las tumbas de sus seres queridos han sido dañadas.

Esta no ha sido la primera vez que el cementerio de Vicálvaro es atacado. Hace un par de años entraron en él, y en ese caso el daño a las tumbas fue mayor. 

Otros camposantos de Madrid, como el de la Almudena o el de Carabanchel, han sufrido también numerosos ataques y robos. En algunos casos han llegado a profanar las tumbas, incluso han sustraído huesos de los fallecidos para realizar santerías. 

Unas prácticas que rompen la paz característica de estos lugares de descanso eterno.
 

 

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