Q uince años lleva trabajando la Asociación de Alcohólicos de Latina y Carabanchel (ARACYL) para intentar que las personas con esta enfermedad puedean recibir la terapia adecuada, y así llevar una vida normal. Sin embargo, esta loable labor podría llegar a su fin si finalmente son desalojados del local de la Calle Eugenia de Montijo 54, debido a la deuda de 66.000 euros que tienen contraida con el IVIMA.
Con anterioridad, esta Asociación se encontraba alojada en otro local, también del IVIMA, pero como ha narrado a EL DISTRITO, José Luis Hernández, portavoz de ARACYL: “ahí no podíamos llevar a cabo nuestros proyectos porque tan sólo tenía 30 metros”. Por esta razón, se fueron al inmueble que en la actualidad ocupan y que, aunque pensaban de primeras que tenía un alquiler alto, creían que “con el tiempo podríamos negociarlo”.
Discriminación del Ayuntamiento
La problemática recae en que el Ayuntamiento de Madrid, a diferencia de otros municipios donde sus consistorios ceden locales para este tipo de actividades, tan sólo ofrece subvenciones a través de “Participación Ciudadana” para proyectos, pero no para el alquiler. Además, en la asociación “tenemos una psicóloga y una terapeuta que pagamos con ese dinero”. Por su parte, la Federación de Alcohólicos de la Comunidad de Madrid (FACOMA) mantiene un convenio con la Agencia Antidroga la cual distribuye a cada asociación, que se dedica al tema de las adicciones, una partida de 3.000 euros para alquiler de locales. Sin embargo, Hernández contaba que este dinero “no es suficiente porque cada mes de alquiler son 1.500 euros”. Lo que intentamos es que tanto el Ayuntamiento, como la Asamblea de Madrid, nos den una solución, pero ninguna de las dos instituciones nos reciben”.
Reunión con el IVIMA
Ante la problemática de la deuda, miembros de ARACYL mantuvieron una reunión con el IVIMA, el pasado 21 de febrero de 2006, donde esta institución expuso las posibles soluciones para evitar el desalojo, que pasaban por dividir la cuantía de la deuda a pagar en 25 años sin intereses de demora; compartir el local con otro Asociación u ONG o estudiar el precio del alquiler. ARACYL mostró su conformidad al respecto pero el IVIMA “no nos ha vuelto a decir nada”.