Fomentar el uso de la bicicleta en nuestra ciudad como vehículo alternativo, saludable y respetuoso con el medio ambiente es uno de los objetivos del actual Gobierno municipal para el presente mandato. El mejor ejemplo de este empeño es la construcción del Anillo Verde Ciclista, que cuando esté terminado comunicará todos los distritos de la capital.
Nadie puede estar en desacuerdo con las ventajas indudables que ofrece el uso de la bicicleta, pero existen algunos efectos colaterales en los que quizá no se ha reparado y que están provocando molestias a los vecinos. Uno de ellos, residente en el distrito de Retiro, se ha puesto en contacto con este periódico para denunciar que en calles aledañas al Parque del Retiro como Menéndez Pelayo, Ibiza (foto), Nazaret o Doctor Esquerdo, los ciclistas invaden las aceras, obligando a los viandantes a maniobrar peligrosamente entre las bicis, lo cual se complica demasiado cuando el peatón es mayor de edad o empuja un carrito de bebé. Nuestro lector quiere recordar que las bicicletas son, efectivamente, un vehículo más a efectos circulatorios, y que en las calles que aún no cuenten con carril-bici deben circular por la calzada.