Cerrar o no los parques públicos durante la noche. Es una pregunta que el Ayuntamiento de la capital y los propios ciudadanos se han planteado alguna vez. Y no siempre es fácil de contestar.
Algunos vecinos, habituales del Parque de la Cuña Verde de Latina, han comprobado cómo este equipamiento del distrito se va degradando poco a poco. Las arquetas de las farolas están rotas y los cables de luz han desaparecido, por lo que la seguridad deja mucho que desear. Varias zonas del parque mantienen un firme de arena que se convierte en un barrizal con la lluvia. Y lo peor llega con el fin de semana. Los sábados, el parque aparece sembrado de botellas vacías de alcohol a consecuencia del botellón de la noche anterior. Además, varios grupos han convertido esta zona verde en su punto de encuentro particular, dando lugar a escenas poco aconsejables para quien pasea con sus hijos. Por si todo esto fuera poco, el parque cuenta con su propia chabola ocupada por una familia.
Todas estas circunstancias preocupan a sus usuarios, quienes solicitan medidas que frenen la paulatina degradación de este equipamiento.