La madrugada del pasado 9 de abril, especialistas en explosivos de la Policía Nacional hicieron estallar una furgoneta sospechosa, modelo Renault de color blanco. Estaba estacionada en el número 526 de la calle Alcalá, cerca de la calle San Romualdo, cuando sobre las dos horas y media de la madrugada, tras varias horas de despliegue policial, se produjo la explosión.
Los técnicos hicieron saber después que se trataba de una falsa alarma.