Lo que comenzó con el registro de un restaurante de la calle Marcelo Usera, por las quejas vecinales acerca de los ruidos provocados por el mismo, se convirtió en un hallazgo más problemático de lo previsto. Los agentes de Policía Municipal que efectuaron la revisión no se esperaban encontrar un problema de salud pública debido al pésimo estado de la comida que ofrecían en el establecimiento. Un camión estacionado a las puertas del lugar almacenaba gran cantidad de carnes y mariscos, sin las debidas condiciones de etiquetado envasado y en pésimo estado de higiene y salubridad. Desde el restaurante alegaron que la comida estaba almacenada en ese camión porque se había estropeado la cámara frigorífica.