Quince vehículos de Bomberos del Ayuntamiento de Madrid acudieron al edificio para sofocar el incendio. La escalera y el hueco del ascensor produjeron el efecto chimenea, por lo que el fuego se extendió a todas las plantas. Las dificultades de encontrar el foco, además de la gran acumulación de humo y las altas temperaturas que se registraron en el interior del garaje retrasaron las tareas de extinción, que se prolongaron durante dos horas.
En ese tiempo, muchos vecinos se despertaron debido con el escándalo de sirenas, y se alarmaron al encontrarse con esta situación. Fue el momento en el que algunos de los 60 bomberos allí enviados tuvieron que encargarse de tranquilizarles y ordenarles que no salieran de sus casas, que cerraran puertas y ventanas y que pusieran toallas húmedas en ellas, para evitar que el humo entrara en las viviendas.
A pesar de la buena actuación de los bomberos, que consiguieron calmar a los vecinos para que no cundiera el pánico, tres personas fueron atendidas por los efectivos del Samur al sufrir intoxicaciones leves por inhalación de humo. Uno de los bomberos también fue tratado debido a un golpe de calor.
En cuanto a los daños materiales, 24 coches resultaron perjudicados por el fuego; 9 quedaron completamente calcinados, mientras que otros 5 sufrieron daños por el calor y 10 más se vieron afectados por el humo.
Algunos de los vecinos han apuntado como la causa del incendio la falta de seguridad del edificio, ya que carece de puertas de seguridad y no tiene aislamiento en las escaleras ni en el garaje.