El actual portavoz del Grupo Socialista en la comisión de Economía del Congreso de los Diputados y exministro de Trabajo, Valeriano Gómez, acudió el pasado 28 de enero a la agrupación socialista de Ciudad Lineal para analizar la condición del empleo juvenil y analizar las causas del elevado índice de paro entre este sector de la población.
Para ello estableció una serie de analogías entre la actual crisis y la que sufrió nuestro país durante la década de los 70 del pasado siglo, mostrando las semejanzas y diferencias entre la que vivimos y la que afectó a España en la Transición. La finalidad de dicha analogía era la de extrapolar la acción que en aquel momento supuso la solución a la situación al presente. Y, aunque "la crisis actual tiene dos fenómenos novedosos (respecto a la anterior), el gran aumento de la población activa y del paro de larga duración", para Gómez la solución pasa por la devaluación de la moneda, como se hizo después de la Transición.
El problema surge en tanto que esa medida aplicable a nivel nacional, en un marco europeo con la moneda única, no puede ser adoptada. Es por ello que la solución de la actual crisis ha de pasar por Europa: es necesario hacer políticas de izquierda y dejar margen para que cada país adopte su propia estrategia económica según sus necesidades. Además, Gómez señaló, citando a Keynes, que “no puede haber países eternamente en déficit, pero tampoco con superávit” refiriéndose a Alemania.
Solo de esta manera la economía de nuestro país podrá crecer, generando con ello nuevos puestos de empleo, único modo de que los jóvenes, tras formarse, puedan dar sus primeros pasos en el terreno laboral. De lo contrario, estaremos abocados a no poder hacer frente a la deuda pública y la recuperación económica estará lejos de ver la luz al final del túnel en el corto plazo.
Además, la creación de estos empleos, que entrañan el crecimiento de la economía, reducirá el déficit público. "Aunque se reduzca el gasto público, la deuda sigue aumentando hasta límites insospechados por la falta de crecimiento". Es por ello que el empleo, y no los recortes, debería ser el primer problema que una política económica responsable debería abordar.
